Citando a Martín Barbero en el artículo “Ensanchando territorios: Comunicación / cultura / educación”, de lo que dejan constancia las personas entrevistadas en sus relatos sobre TICs es lo que él llama des-órdenes del saber.

Las tecnologías de la información y la comunicación son, en sí mismas, un territorio amplísimo que se ensancha en y con cada usuario. Entretenimiento, comunicación, búsqueda de información, soporte de auxilio en dificultades (de todo tipo), soporte de clases… y la lista podría seguir… porque sus sentidos se van ensanchando con el uso y exploración de los sujetos.

Uno de los des-órdenes que plantea Barbero es aquel que hace del conocimiento no ya algo de dominio exclusivo de los expertos, sino que lo disemina. Es el desorden del saber especializado. Las personas hacen referencia, al respecto, de cómo conocimientos e información se hallan a su disposición y vienen a auxiliarlas en sus necesidades.

También dejan constancia de cómo el uso de las TICs puede servir a procesos de enseñanza-aprendizaje más interactivos, participativos y colaborativos. Esto puede ilustrar el segundo des-orden que plantea Barbero: el de los nuevos modos de producción del conocimiento.

El último desorden planteado por el autor que venimos siguiendo en nuestra reflexión es el de la deslocalización y destemporalización del conocimiento del espacio y tiempo escolar y de la cultura letrada... al menos de aquella que seguía la lógica del libro porque, como lo dicen las chicas entrevistadas, las TICs les implica acercarse a un nuevo protocolo de organización de los textos en cuanto a sus configuraciones.